Los espacios cerrados con aire purificado, cada día más importantes
La calidad del aire que respiramos, sobre todo en espacios cerrados, se ha convertido en un tema de conversación recurrente en los últimos meses. La presencia de la COVID-19 ha propiciado la necesidad de concienciarnos sobre el aire que respiramos y ante esta inquietud los expertos han sido claros: la calidad del aire en los entornos abiertos es mejor que en los cerrados. Incluso en espacios que consideramos seguros.
Según un informe de la EPA (Environmental Protection Agency) las personas sufren un 72% de la exposición a químicos en espacios cerrados cuando generalmente la sensación de seguridad en casa, lugares de trabajo, centros educativos es alta.
Entonces, ¿qué podemos hacer para mejorar el aire en espacios cerrados que consideramos seguros?
Medición
Debemos conocer la cantidad de particular por millón que tiene el aire que respiramos. El número de ppm indica cuántas partes de dióxido de carbono hay en un millón de partes de aire. Si nuestra herramienta de medición ha dado un valor de 500 quiere decir que el carbono está en 500 partes por millón, es decir, en un millón de partículas de aire hay 500 partículas de dióxido de carbono.
Por seguridad se establece que los niveles de CO2 deben estar por debajo de los 700ppm. A partir de 800 a 1.200 ppm, se pueden dar molestias como dolores de cabeza, cansancio u otros problemas respiratorios. Pero hay que tener en cuenta que a partir de 1.000 ppm se considera una calidad del aire insuficiente.
Ventilación
A falta de tener edificios bioclimáticos que nos permitieran una ventilación cruzada, la necesidad de corrientes de aire acorde con el espacio es una garantía de calidad. El lado negativo de esta acción es que la ventilación del espacio se contrapone con la sensación térmica que en los meses de invierno se acentúa.
En el mercado ya se pueden encontrar sistemas que a través de la domótica las ventanas se abran o cierren dependiendo de los valores de medición del CO2 garantizándonos un aire más limpio.
Sistemas de purificación del aire
Con la llegada de la COVID-19 se promocionó el uso de las denominadas bombas de ozono. Un producto cuestionable por su eficacia contra el SARS-CoV-2. Así se exponía en el periódico digital eldiario.es su operatividad: “tal como reconoce la Sociedad Española de Sanidad Ambiental (SESA), no está verificado que el ozono y el dióxido de cloro (el otro producto usado como virucida contra el SARS-CoV-2) sean eficaces para este fin, aunque sí es una sustancia oxidante con otras aplicaciones industriales. Por otro lado, según la EPA, cuando se usan las máquinas en concentraciones que no superan las normas de salud pública, el ozono aplicado en el aire interior no elimina de manera eficaz ni los virus, ni las bacterias, ni el moho y otros contaminantes biológicos.»
También el mismo informe sobre el uso del ozono indicaba que el ozono no puede aplicarse en presencia de personas, además la EPA también desaconseja el uso de generadores de ozono en espacios ocupados; los aplicadores deben disponer de todos los equipos de protección adecuados; el ozono, al ser una sustancia química peligrosa, puede tener efectos adversos; la habitación o zona que se desinfecte con ozono debe ventilarse bien antes de usarlo y éste puede reaccionar en contacto con sustancias inflamables y otros productos químicos.
No es, por tanto, un producto fiable, eficaz ni seguro con las personas para higienizar espacios cerrados.
Sistemas con filtros HEPA
Los sistemas con filtros HEPA son conocidos por su uso en aviones y hospitales. Son eficaces contra virus y bacterias, llegando a eliminar el 99,9% de los aerosoles en la corriente de aire que los atraviesa. Lo más importante en su uso es elegir el modelo que se adecúa al espacio cerrado donde se quiere instalar. El alto nivel de conocimientos para su instalación y mantenimiento por personal especializado y su reposición cada seis meses los hace costosos en su rentabilidad como sistemas.
Últimas tecnologías en purificación del aire
La empresa ReSPR Techonlogies, surgida los Estados Unidos y presente en 27 países entre ellos España, diseñó un sistema impulsado que purifica el aire a través de un proceso inocuo para las personas que no necesita el cambio de ningún tipo de filtro ni químicos y está demostrada su eficacia contra virus y bacterias en un 99,9%. La tecnología RESPR se basa en el proceso de fotocatálisis, puedes conocer más sobre esta tecnología aquí.