La preocupación por el impacto medioambiental de los productos químicos agresivos que se utilizan, entre otras cosas, para la desinfección del agua va en aumento. Estos productos impactan en nuestro entorno y en el medio ambiente a través de los sistemas de saneamiento, por ser arrojados finalmente al río o al mar. Las nuevas tecnologías que se están desarrollando en los últimos años evitan ese impacto negativo en la naturaleza al tratarse de productos sostenibles y, sobre todo, logran mantener la misma eficacia en la desinfección del agua que los métodos más convencionales.
El hipoclorito sódico, comúnmente conocido como cloro, es el desinfectante más utilizado en el mundo porque al entrar en contacto con el agua es sumamente activo contra la materia orgánica presente. El ácido hipocloroso es un componente del hipoclorito sódico que consigue una desinfección por los mismos métodos de oxidación que el hipoclorito pero sin los efectos perjudiciales. Así, con el desarrollo de la activación electroquímica (ECA) se ha conseguido desinfectar el agua sin efectos nocivos para el ser humano y ser sostenible con el medioambiente. La tecnología ECA es definida por técnicos de la Universidad Politécnica de Cataluña como “un proceso complejo de electroquímica y electrofísica capaz de ionizar el agua y las moléculas disueltas en ella, siempre bajo unas condiciones mínimas de calor, temperatura y pH”.
El desarrollo de la tecnología ECA y la producción de ácido hipocloroso o agua electrolizada ha conseguido un ahorro de energía, una mejora en el tiempo invertido y sobre todo la mejora en la desinfección del agua. Para la producción de agua electrolizada solo es necesario agua, sal y electricidad. A través de este proceso, llamado electrólisis, se consigue el ácido hipocloroso que tiene las ventajas de los biocidas pero ninguno de sus inconvenientes.